La señora Juanita y su familia nos dan alojamiento, nos han
facilitado lo necesario, aunque lo más importante es cada gesto amable y cariño
que le han puesto para hacernos sentir como en casa.
Lucila, la encargada de la capilla, me ofreció una cama, cuando me di
cuenta ya estaba con todo en el cuarto. Ver a su primo con una gran sonrisa
llevando con mi cama tan pesada en la escalera y una gran sonrisa fue una
manifestación de Dios. Feliz Fiesta de reyes.
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